El arbolado de Oaxaca de Juárez está enfermo y muere lentamente; ahora en una lucha contra el tiempo, urgen acciones para salvarlos
Miguel Ángel Maya Alonso
Un estruendo se escuchó en el zócalo de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Un gigante cayó. La tarde del 7 de junio de 2022 la lluvia y el viento azotaron con fuerza a la capital oaxaqueña, lo que dio el golpe final a uno de los árboles emblemáticos de la Verde Antequera, el laurel, nuestro laurel.
Al menos media decena de árboles cayeron en la ciudad ese día, más los ejemplares colapsados en años anteriores, pero ninguno caló tanto en la sociedad oaxaqueña como el laurel, ese que se convirtió en leyenda, tras más de un siglo de vida, con infinidad de eventos culturales que se realizaron con la protección de su sombra.
De acuerdo con autoridades municipales, el Laurel de la India (Ficus retusa) superaba los 35 metros de altura, con un diámetro de su tronco de cuatro metros y su copa alcanzaba los 36 metros: un gigante.
Sin embargo, este emblemático árbol no será el último en caer, le seguirán otros que debido a sus condiciones, serán derribados de manera controlada con el objetivo de evitar lesiones o pérdidas humanas, además de daños a la infraestructura urbana.
Un arbolado enfermo
Y es que la Verde Antequera de a poco pierde el prefijo “Verde”, ya que su arbolado está enfermo y muere lentamente. Los errores del pasado cobran factura y apenas hay tiempo para salvar a los árboles que están sanos.
De acuerdo con información proporcionada por la secretaria de Medio Ambiente y Cambio Climático del municipio de Oaxaca de Juárez, Elsa Ortiz Rodríguez, el 80 por ciento del arbolado de la capital oaxaqueña tiene plaga y de este porcentaje el 50 por ciento corresponde a muérdago y el 30 por ciento restante a hongos ganoderma y bromelia. Además, el 90 por ciento requiere de podas.
“Hay que agregar el mal manejo de los parques y jardines, por ejemplo en el zócalo y la Alameda se llevó a cabo la plantación de árboles en jardineras sin considerar la especie y crecimiento del árbol, tampoco se evaluaron previamente los posibles daños que cada uno de estos pudiera causar a la infraestructura, equipamiento urbano e inmuebles cercanos”, indicó la funcionario municipal.
Durante el periodo 2004-2005, se llevó a cabo la remodelación del piso del zócalo de la ciudad capital, para lo cual se realizaron cortes en las raíces de los árboles más grandes con maquinaria pesada, debilitando el sistema radicular de los mismos, situación que con el tiempo ha generado afectaciones severas al arbolado urbano.
Ortiz Rodríguez también recordó que el mal manejo en la colocación de plantas de ornato en distintas temporadas del año en las jardineras, ya que no se cuida la calidad de estas plantas, ocasionando la contaminación del suelo.
“Por estas y otras razones, ahora tenemos que ver con tristeza que nuestros árboles emblemáticos con más de un siglo de vida caen, porque sus raíces y tallos están enfermos y no pueden sostenerlos”, sostuvo la funcionaria.
Las podas inevitables
El mismo día de la abrupta caída del laurel en el zócalo de la ciudad de Oaxaca, el municipio de Oaxaca de Juárez autorizaba el derribo de un laurel en esta zona, el que se encontraba junto al gigante caído.
De acuerdo con el expediente SMACC/RCRN/184/2022 emitido por la Secretaría del Medio Ambiente y Cambio Climático, el estado fitosanitario de este ejemplar de gran altura es deficiente, además de que presenta ramas con sobrepeso y secas. Al ser impactado por un laurel que cayó previamente, tiene una inclinación que puede provocar su caída.
El expediente indica que “se observa una jardinera estancada, el cual provoca humedad y proliferación de hongos en raíces fuste. El ejemplar se cataloga en estado de alto riesgo. Se recomienda intervención inmediata”.
Con el expediente antes mencionado se autorizó el derribo con sustitución por el riesgo que implica, lo que deberá cumplirse después de 30 días naturales después de emitido el dictamen. Existen al menos otros cuatro expedientes de este tipo.
Oídos sordos
A lo largo de los años han sido cientos los ciudadanos, ambientalistas y artistas que se han alzado la voz en la ciudad de Oaxaca, quienes piden el rescate del arbolado, sin embargo, sus voces son silenciadas por la apatía y el desinterés; han sido ignoradas por las autoridades estatales y municipales.
El Colectivo de organizaciones ambientalistas de Oaxaca (COAO) por ejemplo, pide de manera permanente realizar acciones para la conservación de los árboles en la capital oaxaqueña, y no es hasta ahora, que en conjunto con el municipio de Oaxaca de Juárez, se reúnen para buscar soluciones a la problemática.
Vale la pena retomar las declaraciones Arnoldo Dámaso, ambientalista y artista plástico, “un problema que tiene el arbolado es que se le ha reducido su espacio de desarrollo, incluso se ha bajado el nivel del suelo y ahora tenemos árboles flotantes. En su lucha por sobrevivir los árboles levantan banquetas, rompen jardineras y si no se les atiende se convierten en un peligro ante un posible colapso”.
¿Qué sigue?
La secretaria de Medio Ambiente y Cambio Climático del municipio de Oaxaca de Juárez explicó que a fin de evitar que los árboles de la demarcación sigan enfermando y cayendo, se elabora un plan de conservación del arbolado del municipio y para la preservación de nuestro patrimonio natural.
Lo anterior se elabora con la colaboración de diferentes especialistas en la materia, como ambientalistas, instituciones gubernamentales de los tres niveles de gobierno, Fundación Harp Helú, especialistas en árboles y suelos, instituciones académicas y la sociedad en general.
“En este momento se cuenta con una propuesta de plan integral para el manejo del arbolado urbano, el cual consta de cinco estrategias: la realización del inventario y diagnóstico del arbolado urbano; conservación de suelos, parques y jardineras; reforestaciones; control de plagas y enfermedades así como seguimiento y control”, señaló Ortiz Rodríguez.
Es así como una lucha contra el tiempo, las plagas y los hongos se desarrolla en el municipio de Oaxaca de Juárez, batalla que tiene con el objetivo de que la capital oaxaqueña siga siendo la Verde Antequera.
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