“Una manera de autocuidado es nombrar lo que nos pasa, lo que sentimos”, dijo la poeta Iveth Luna Flores al presentar su libro Mis amigas están cansadas, frente a un numeroso público que se dio cita para conocerla en el marco de la 44 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO).
Con la editora oaxaqueña Patricia Salinas como presentadora, la poeta oriunda de Apodaca, Nuevo León, contó sobre su más reciente libro de poemas, el cual lleva al lector “en un viaje preciso de poesía inconforme y descarnada, poesía nítida que hace sentir la incomodidad de quien ha encontrado las palabras exactas para nombrarse y, con ella, nombrarnos a partir de muchas sesiones de psicoterapia y autoanálisis”.
Salinas provocó el diálogo entre el público y la autora preguntando a ésta sobre los lenguajes que emplea en su obra. Ella mencionó que lo toma de tres lugares principalmente: la familia, el barrio y las canciones. Sobre la fuente familiar, dijo que le interesa mucho la comida, y cómo muchas veces nos expresamos a través de lo que cocinamos. “Los lenguajes de mi casa eran violentos y la comida venía a ocupar un mensaje de afecto que no se daba en otros momentos”, explicó.
Del barrio, la calle, tomó los sonidos, las conversaciones y el lenguaje no escrito que puede encontrarse en las afueras, especialmente en los mercados. “No crecí rodeada de libros pero sí de muchos símbolos”. Finalmente dijo que la música fue su primer acercamiento a la escritura y a la poesía, pues, al crecer en los tiempos antes de internet, reescribía las letras de las canciones.
A propósito de la música, Salinas comentó que los poemas del libro presentado son de lectura muy ágil, que incluso se antoja cantarlos a manera de canciones. Sobre esto, Luna Flores explicó que a ella al escribir poesía la piensa para ser leída en voz alta, pues en las escuelas enseñan a leerla en silencio en un ambiente de solemnidad. “Y eso no me parece bien porque la poesía es muy cercana a la música”.
La autora también recordó que creció en un barrio de familias de obreros de las fábricas de su ciudad, y eso también influye en su escritura. “Para mí fue muy claro que tenía que escribir y que se notara quien soy, de donde vengo, mi barrio, mi color de piel”, así su poesía es una expresión de su persona, en un lenguaje coloquial y de lectura amena.
Las presentaciones editoriales ocupan gran parte del programa de la 44 FILO, pues busca hacer que el público conozca las más novedosas propuestas y a sus escritores. Este festival se desarrolla del 12 al 20 de otubre en el espacio Bajo el Laurel del Zócalo Capitalino y el programa completo puede consultarse en www.filoaxaca.com
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