Texto: Antonio Migoni // Twitter: @toomigonibennet // Instagram: @Bennetts19
El COVID-19, además de ser una de las enfermedades que más se ha propagado por todo el mundo, ha sido la noticia más vista y escuchada en los últimos 5 meses.
Sin duda, la propagación del COVID-19 ha sido una noticia la cual ha atraído a millones de personas, generando noticias de los medios de información y, opiniones públicas y personales.
Sin embargo, no todo lo que se comenta es verídico, ya que, si ponemos un ejemplo, esto es como un teléfono descompuesto, una persona dice la noticia real y conforme avanza sufre pequeñas o grandes modificaciones.
Estas noticias falsas son una desventaja y amenaza para la sociedad. Las personas con el afán de querer tener la información y/o compartir esta de manera inmediata, en muchos casos, esa información no es precisa o simplemente no es verídica, en consecuencia, los lectores pierden la confianza de los medios que las difunden.
Las grandes consecuencias que pueden contraer las noticias falsas sobre el COVID-19, son el pánico que se puede generar entra las personas que creen en esta información falsa, o inclusive en la no creencia de la noticia real.
Es por eso que, como lectores, debemos de informarnos sobre el destino de la información, si es confiable o no, y que tanto impacto puede causar si la compartimos.
Esto es un tema de carácter internacional y de vital importancia, y como lectores debemos de estar bien informados.
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