Texto: Julia Vásquez
Con la llegada de las vacunas contra la COVID-19, la desinformación y el miedo crean un pánico colectivo; los rumores de que contienen chips o gps para controlarnos, aumentan; para que no caigas en esto, te explicaré de una forma rápida y sencilla cómo funcionan las vacunas y su importancia.
Para empezar, debemos conocer dos conceptos clave: patógeno y antígeno. Un patógeno es cualquier hongo, virus, bacteria u otro microorganismo que puede causar una enfermedad en otro organismo, ya sea persona, vegetal o animal. Antígeno se le denomina a cualquier sustancia (toxinas, químicos, bacterias, virus, etc) que permite que el cuerpo produzca anticuerpos.
Supongamos, un caso hipotético, Juanita nunca ha sido vacunada mientras que Ana sí. ¿Quién crees que tenga más probabilidad de enfermar con gravedad o de forma recurrente? Claramente Juanita, pues su cuerpo no cuenta con los refuerzos necesarios para combatir las diferentes enfermedades, lo que la hará más susceptible a contagios.
Las vacunas contienen una pequeña cantidad del material genético del virus o del organismo patógeno. Además de otras sustancias que permiten conservar el medio necesario, hasta que la dosis sea administrada mientras resguardan la efectividad.
Puede que nos asuste saber que nos están inyectando una parte del patógeno, pero debes saber que son fragmentos inofensivos y no activos, sin embargo, son muy importantes, pues una vez entran al organismo, nuestro sistema inmune se activa y trabaja para crear anticuerpos que nos protegerán en un futuro en caso de que nos encontremos expuestos; a esta sustancia inyectada le llamaremos antígeno. También actúan las células de memoria, que en una futura exposición, sabrán cómo actuar y así, el sistema inmune podrá combatir a las células de forma más rápida y efectiva.
Formación de anticuerpos, recuperada de la Organización Mundial de la Salud.
Algunas vacunas requieren más de una dosis, y esto se debe a que se busca generar una inmunidad prolongada tanto en anticuerpos como en las células de memoria. Si todos nos vacunamos, empezamos a generar una inmunidad colectiva, lo que nos permite reducir los índices de contagios e incluso proteger a aquellos que, por alergias o enfermedades específicas, no pueden vacunarse.
Ahora que ya conoces un poco más lo que contienen las vacunas, y su importancia, te invito a confiar en la ciencia y vacunarte, sin embargo, no bajes la guardia y continúa cumpliendo con las medidas de higiene para que todos y todas podamos vencer a esta enfermedad.
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