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OPINIÓN ll Reagruparnos, para ciudadanizar la política

Pongamos todo en perspectiva // Carlos Villalobos

Sin duda el proceso electoral “más grande de la historia en México”, nos ha dejado enseñanzas que, muchos teóricos, expertos y ciudadanía en general, hemos detectado y comprendido, por ejemplo que el voto duro (el que es directamente de la estructura de un partido) sigue vivo y con bastante relevancia, sin embargo, la contienda electoral ya acabó y como dijeran en el pueblo “A lo que te truje Chencha”.

Hoy nos queda un largo trecho por emprender y lo más difícil aún viene, dar el primer paso. ¿Hacia dónde se tendría que perfilar ese primer paso? Sin duda, a la ciudadanización de la esfera pública.

Aunque los partidos políticos en México teóricamente fungen como representantes populares, hoy la muestra en el resultado del proceso electoral que ha concluido nos ha demostrado que, fuera de un par de honrosas excepciones, el fin último no se está cumpliendo, saciar las necesidades básicas de la población, o al menos intentarlo.

Hoy, desde los institutos políticos se ven las tribunas cooptadas por grupos de poder que distan mucho de brindar la tan ansiada representación popular desde cargos públicos y de toma de decisión.

Como sociedad lo único que tuvimos como resultado fueron descalificaciones, desprestigio, pocas propuestas, pocos planes de trabajo sensatos (si es que habían) y, a la larga, poca representatividad popular (esperando que en la práctica hagan que me equivoque sin importar el color o filiación partidista).

Es tal el encono, la división y la polarización social que el simple hecho de hacer posicionamientos personales o simplemente mostrar simpatía alguna hacia algún proyecto o personaje, trae consigo descalificaciones en contra de quienes se pronuncien o asuman una postura partidista.

Aunque no exista una filiación partidista estamos ante la gran oportunidad de impulsar la participación de la ciudadanía en toda esfera pública posible desde un debate bien argumentado, y con ciertas fronteras de respeto y solidaridad, hasta los debates públicos realizados en las cámaras para aprobar proyectos de ley.

Es tiempo de ciudadanizar, es decir empoderar, a todos y cada uno de los que formamos nuestras comunidades, a involucrarse en los procesos públicos y en la toma de decisiones, no cerrarnos ante todas las posibilidades de participación, no toda la política es mala, ni todos los políticos malos.

Es tiempo de retar, de una forma sustentada, a todos nuestros representantes, porque como ciudadanas y ciudadanos, nosotros somos quienes tenemos el pulso de lo que sucede en nuestras comunidades. Asimismo, representantes tienen que estar listos para esta constante fiscalización, para que en caso de salir victoriosos, generen bonos de credibilidad de cara a la construcción de cuadros políticos y políticas públicas que tengan la posibilidad de tener continuidad.

Como ciudadanos, es tiempo de organizarnos y como representantes, es tiempo de estar listas y listos para el debate y para brindar soluciones. Es tiempo de los ciudadanos y el primer paso, es escucharnos, para escucharlos y crear soluciones de la mano.


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